El
Real Monasterio de Nuestra Señora de la Encarnación se encuentra ubicado en el casco antiguo en la parte alta de la ciudad de Mula.Sus orígenes se remontan al siglo XVII. La
iglesia y el monasterio sustituyeron a la antigua
ermita de Ntra. Sra. de los Olmos del siglo XIV (1344), quedando ambos enlazados por una esbelta torre-campanario renacentista del S.XVI.
Fray Pedro Botía (cuyos restos han sido en contrados recientemente y se exponen en el crucero izquierdo de la iglesia) sería el encargado de establecer una comunidad de clarisas que gozaría de patronato regio, en 1680. La fundación fue realizada por la madre Sor
Mariana de Santa Clara con religiosas de Trujillo.
El convento está precedido de un bello compás (hacia 1752) que da acceso a un pórt
ico en cuya parte superior campea el escudo de
D. Juan José de Austria, hijo natural de Felipe IV y primer patrono del Monasterio.Desde el punto de vista arquitectónico, el edificio tiene un
claustro de planta cuadrada de dos
cuerpos que da acceso a las diferentes dependencias de la comunidad (aquí se ubicaron las
habitaciones nobles, refectorio, enfermería, celdas monacales, etc. Este ala enlaza con la iglesia a través de la torre que da acceso al
coro bajo, donde también se localizaba una desaparecida
cratícula, por la que las religiosas podían acceder al templo,quedándo un ventanal para tomar la comunión.En la zona sur, a la que se accede por un
arco, era el ala de servicio que ocupaba el
huerto, lavaderos y baños.Durante el siglo XVIII se construyeron, adosadas en el lateral sur, las
dependencias de la
hospedería y la llamada
“Casa de los Donados”, lo que denominan las religiosas actuales como
salas de las “mandaderas”. Al templo se accede por la
portada decorada con
pilastras jónicas cajeadas sobre la que se abre la
hornacina con la imagen en piedra de la
Virgen de la Encarnación.La planta actual es de
cruz latina de una nave cubierta con
bóveda de cañón con lunetos y con capillas laterales con
bóvedas de arista. El
crucero tiene
cúpula semiesférica ochavada rematada en
lucernario sobre
tambor y
pechinas. El presbiterio con
camarín, tiene el acceso a la
sacristía en su lado izquierdo, siendo realizados ámbos en 1737. A los pies del templo se ubican los
coros, bajo y alto, como es habitual en las iglesias conventuales, cerrados por
rejería.
La decoración interior está realizada a base de
yeserías y
esgrafiados (probablemente de una escuela andaluza) de los arcos, pechinas y arquitrabes, en el estilo
barroco murciano.De todo el
ajuar artístico de la iglesia del Real Monasterio de la Encarnación, únicamente quedan en el
altar mayor un gran
tabernáculo, restos de las tallas del camarín y las cuatro pinturas de las
pechinas que representan a
Santa Clara, Santa Teresa, San Francisco y Santo Domingo (todas del siglo XVIII).
Tiene imágenes de los talleres de Olot y madrileños, además de las obras de dos artistas mu
rcianos: De
Muñoz Barberán, el mural al temple del altar mayor, en el que hay una pintura simulando un retablo de columnas salomónicas en cuya parte alta se abre un rompimiento de gloria con apoteosis franciscana; una
Anunciación en el bocaporte de la titular y un pequeño óleo en el ático del retablo de
San Antonio.Del escultor
José Nogueras, de Espinardo, es la actual
Virgen de la Encarnación, otra de
los Dolores y los
retablos de
San Pancracio, San Leonardo, San Antonio y gruta de la Virgen de Lourdes. Por otro lado, los
retablos del Crucificado y San Rafael son obra del maestro albañil
Juan Huéscar, natural de Mula.
En la
clausura se conservan numerosos óleos y tallas, como un lienzo con la
Aparición de la Virgen a Santo Domingo de
Baltasar Martínez Fernández de Espinosa, Lorca 1741; una talla en madera policromada y estofada del
Niño de la Salud, de
Roque López, de hacia 1808; y el cuadro de la
Aparición del Niño a San Antonio (circa 1705), que es óleo sobre lienzo de
Pedro Camacho Felices, pintor lorquino.
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